jueves, 18 de julio de 2019

ESTRATEGIA ORGANIZACIONAL PARA AFRONTAR AUDITORIAS EN SISTEMAS DE GESTIÓN INTEGRADOS.

     Actualmente se genera mucha tensión en los miembros de las organizaciones antes de la realización de un proceso de auditoría, que es vital en la implementación de un sistema de gestión de calidad. En ocasiones, las auditorías son presentadas por empleados en quienes la compañía ha depositado su plena confianza. No obstante, éstos cometen sin darse cuenta errores u omisiones que pueden costar la certificación del sistema integrado que se audita. 

     Una planificada y adecuada preparación, basada en el tratamiento de aspectos psicológicos como la inteligencia emocional y social, pueden ayudar a los gestores responsables a afrontar las dificultades teniendo en cuenta cada una de las variables de tipo emocional y cognitiva que se deben manejar antes y durante la misma, sin olvidar el objetivo orientador del proceso.

      En el mundo de los negocios y de la cada vez más exigente adaptación de los países a participar de la aldea global tanto a nivel económico como político, las empresas en su afán por convertirse en más competitivas buscan mejorar su sistema integrado de gestión de procesos, para generar resultados de alta calidad en lo cual trabajan incansablemente. Este proceso es obtener una acreditación a través de una autoridad que le emita el reconocimiento formal de la competencia para realizar tareas específicas, comprometiéndose de paso a evaluar constantemente y midiendo de la misma manera la calidad de sus servicios o productos y el rendimiento de los mismos frente a los estándares reconocidos a nivel nacional o internacional. 

    Uno de los aspectos más importantes que se tiene en el diseño, implementación y certificación de dichos sistemas es el papel fundamental del dominio e interiorización de estos escenarios por parte de las personas ejecutoras de la auditoria. Los sistemas de gestión integrados (SGI) además de ser flexibles y de alta tecnología, requieren de un grado de participación humana que obliga a las organizaciones a ser más efectivas, en este aspecto se hace necesaria una revisión sistémica del rol socio-psicológico del recurso humano en cada una de las etapas que conforman la estructura del sistema. Es decir, en sus procesos y sus hacedores. 

  Dentro de la estructura de un SGI se encuentra las fases de auditorías, cuyo fundamento es la autodeterminación para luego ser soportada y evidenciada por un ente certificador externo. La autodeterminación del sistema es generada por los actores principales: las personas, quienes tienen la responsabilidad de mantenerlo. Sin embargo, para nadie es un secreto que las personas actúan de acuerdo a las situaciones y a sus propias emociones. El control emocional avoca el control cognitivo; según Goleman (1996), el control de las emociones es determinante al comportamiento y a las aplicaciones de cognición en la labor diaria del trabajador, por ende al perder el control tanto emocional como cognitivo en la fase fundamental de la auditoria, sea interna o externa, se generan consecuencias graves para la organización. 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario