ESTRATEGIA ORGANIZACIONAL PARA AFRONTAR AUDITORIAS EN SISTEMAS DE GESTIÓN INTEGRADOS.
Actualmente se genera mucha tensión
en los miembros de las organizaciones
antes de la realización de un proceso de
auditoría, que es vital en la implementación
de un sistema de gestión de calidad. En
ocasiones, las auditorías son presentadas
por empleados en quienes la compañía ha
depositado su plena confianza. No obstante,
éstos cometen sin darse cuenta errores u
omisiones que pueden costar la certificación
del sistema integrado que se audita.
Una planificada y adecuada
preparación, basada en el tratamiento de
aspectos psicológicos como la inteligencia
emocional y social, pueden ayudar a
los gestores responsables a afrontar las
dificultades teniendo en cuenta cada una de
las variables de tipo emocional y cognitiva
que se deben manejar antes y durante la
misma, sin olvidar el objetivo orientador
del proceso.
En el mundo de los negocios y de
la cada vez más exigente adaptación de
los países a participar de la aldea global
tanto a nivel económico como político, las
empresas en su afán por convertirse en más
competitivas buscan mejorar su sistema
integrado de gestión de procesos, para generar
resultados de alta calidad en lo cual trabajan
incansablemente. Este proceso
es obtener una acreditación a través de una
autoridad que le emita el reconocimiento
formal de la competencia para realizar tareas
específicas, comprometiéndose de paso a
evaluar constantemente y midiendo de la
misma manera la calidad de sus servicios
o productos y el rendimiento de los mismos
frente a los estándares reconocidos a nivel
nacional o internacional.
Uno de los aspectos más importantes que
se tiene en el diseño, implementación y
certificación de dichos sistemas es el papel
fundamental del dominio e interiorización
de estos escenarios por parte de las personas
ejecutoras de la auditoria.
Los sistemas de gestión integrados
(SGI) además de ser flexibles y de alta
tecnología, requieren de un grado de
participación humana que obliga a las
organizaciones a ser más efectivas, en este
aspecto se hace necesaria una revisión
sistémica del rol socio-psicológico del
recurso humano en cada una de las etapas que
conforman la estructura del sistema. Es decir,
en sus procesos y sus hacedores.
Dentro de la estructura de un SGI
se encuentra las fases de auditorías, cuyo
fundamento es la autodeterminación para
luego ser soportada y evidenciada por un ente
certificador externo. La autodeterminación
del sistema es generada por los actores
principales: las personas, quienes tienen la
responsabilidad de mantenerlo. Sin embargo,
para nadie es un secreto que las personas
actúan de acuerdo a las situaciones y a sus
propias emociones.
El control emocional avoca el control
cognitivo; según Goleman (1996), el
control de las emociones es determinante
al comportamiento y a las aplicaciones de
cognición en la labor diaria del trabajador,
por ende al perder el control tanto emocional
como cognitivo en la fase fundamental de la
auditoria, sea interna o externa, se generan
consecuencias graves para la organización.
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